Da lo mismo el lugar del mundo o el trabajo que tengamos, los chismes existen en todas las clases sociales y en todas las situaciones de vida. Los rumores pueden ser inofensivos, pero también pueden convertirse en crueles y afectar directamente nuestro desempeño.

Como siempre van a existir, lo ideal es enfrentar directamente a las personas que hablan mal de uno (el ataque siempre es la mejor defensa) y hay que tener en mente que en cada rumor hay un grado gigantesco de envidia y problemas de autoestima.

Si no te gusta ser directa, también está la opción de ignorar completamente a las personas tóxicas. A veces tan con sólo una sonrisa puedes ganarle la guerra a los chismosos, lo digo por experiencia.